sábado, 11 de junio de 2011

INSERCIÓN DE LAS ESTRUCTURAS PLANIFICADORAS EN LOS PROCESOS DE PRODUCCIÓN Y REPRODUCCIÓN DE LA SOCIEDAD

Desde el punto de vista de las relaciones interpersonales y sociales podemos afirmar que la vida cotidiana se regula por un juego de estrategias individuales y colectivas. Cada ser humano establece una estrategia de comunicación e interacción con el otro en función de su propia representación de la realidad, de su auto concepto, de los estereotipos sociales y de las expectativas que establezca acerca de la conducta del otro. Igualmente desde el punto de vista de la estructuración del tejido social y del desarrollo sociocultural son las representaciones compartidas de la realidad, las identidades sociales, el juego de construcción y decodificación de los estereotipos sociales, la visión dialógica y crítica de la realidad, los elementos que configuran los planes y dinámicas de actuación que rigen la vida comunitaria.
            Las estrategias surgen en el seno de las dinámicas individuales y comunitarias y se fundamentan en las dinámicas del comportamiento humano, la comunicación interactiva y las dinámicas propias de la construcción de las colectividades a partir de procesos identitarios y de creación de representaciones compartidas de la realidad social.
            Las estrategias responden a un modelo interactivo y no lineal de la realidad social, a dinámicas cambiantes y a decisiones de actuación tomadas por los individuos y las organizaciones a partir del análisis crítico y la representación compartida de la realidad en la que interactúan.
            La planificación estratégica se define como la combinación de técnicas, instrumentos y acciones que una organización aplica para alcanzar sus objetivos. Desde un punto de vista tecnológico se trata de una técnica empleada por la empresa para alcanzar una mayor eficiencia en su organización y un mayor impacto en los distintos segmentos de mercado sobre los que actúa.
            En este sentido la estrategia supone una interpretación de la realidad, un análisis de la situación, una toma de decisiones, lo cual supone un riego que el individuo debe asumir y, finalmente un plan de actuación que debe ser evaluado y corregido.
            La planificación estratégica se concreta en un Plan de actuación (plan estratégico) que se fundamenta en una representación crítica y colectiva de la realidad social, unas finalidades o metas individuales y colectivas, una previsión sobre las dinámicas que se van a generar, una secuencia de acciones y dinámicas comunicativas y un proceso integral y permanente de autocontrol y seguimiento del propio plan.
Solo una acción sociocultural basada en la puesta en práctica de estrategias de interacción e interactividad, capaces de generar una representación y una toma de conciencia individual y colectiva por la la diversidad y la solidaridad, es capaz de generar actitudes y estilos de vida inclusivos, democráticos de carácter sostenible.
            Las estrategias son acciones encadenadas que generan una serie de dinámicas interactivas en función de unas finalidades últimas, unas actitudes básicas y unos estilos de relación y comunicación, de modo que se convierten en motores de la toma de conciencia individual y la lectura colectiva de la realidad social. Las estrategias generan representaciones sociales de la realidad sociocultural que se convierten en una pieza clave para la consolidación de actitudes y estilos de vida colectivos.
            Las estrategias básicas de la acción sociocultural responden a cada uno de los componentes del sistema de socialización del individuo. Elementos del desarrollo individual y comunitario a través de los cuales los individuos entran en comunicación entre sí, con su entorno de referencia y representación y, a partir de elementos de identificación individual y colectiva dan respuestas individuales y colectivas a las dinámicas y procesos de la vida colectiva. Las estrategias contribuyen a estructurar los procedimientos y conductas mediante los cuales el individuo va a ser capaz de racionalizar su entorno y crear redes y estructuras comunitarias. Algunas estrategias básicas de la acción sociocultural son:
ü  Estrategias de educación para el desarrollo y la autonomía personal
ü  Estrategias para la integración y la re-adaptación social
ü  Estrategias para la comunicación interactiva
ü  Estrategias para la creación individual y colectiva
ü  Estrategias para la creación de tejido ciudadano
ü  Estrategias para la participación social.
ü  Estrategias para la creación y consolidación de identidades sociales múltiples compartidas
ü  Estrategias colaborativas.
ü  Estrategias de participación.
ü  Estrategias distributivas.
ü  Estrategias de aceptación de la diversidad.
ü  Estrategias de integración.

Licda. Waleska Valiente

INSERCIÓN DE LAS ESTRUTURAS PLANIFICADORAS EN EL PROCESO DE PRODUCCIÓN Y REPRODUCCIÓN DE LA SOCIEDAD

 Los estudios e investigaciones acerca del desarrollo, se han centrado en analizar cuál es el factor que determina el crecimiento y posterior desarrollo económico revisando el impacto de factores como la acumulación y la formación de capital, el entorno sociopolítico desagregado en el ambiente democrático, el estado de derecho y la participación ciudadana, el grado de apertura al comercio exterior, la productividad, la absorción, disposición y difusión tecnológica, el capital humano y social, entre otros elementos.

Desde esta vertiente económica, una sociedad es desarrollada cuando cuenta con la capacidad propia y auto reproducible para lograr aumentos significativos en la productividad per cápita, y por lo tanto es capaz de resolver sus necesidades sociales, las cuales están en constante transformación como consecuencia de su propia capacidad productiva.
Se puede decir que existe estrecha relación entre el pensamiento económico respecto al proceso de desarrollo, el cual considera que a partir de la acumulación y uso de los recursos de capital productivo que posibiliten la estabilidad y el crecimiento, se podrá transitar hacia el desarrollo y posteriormente a los beneficios sociales que este genera. Consideremos las siguientes posturas respecto al desarrollo:
 Una economía está plenamente desarrollada cuando su estructura es tal que la productividad per cápita es tan alta que puede serlo habida cuenta de los recursos nacionales y mundiales y de los conocimientos técnicos disponibles. Maurice Byé (1996:93).
La transición de una estructura de productividad per cápita relativamente débil a una estructura de productividad per cápita relativamente más alta. De Bernis.
El desarrollo es la combinación de cambios mentales y sociales de una población que se encuentra apta para hacer crecer, acumulativa y durablemente, su producto real global. F. Perroux (1964:155)
Perroux se refiere a la necesidad de definir y difundir en la sociedad una conciencia y voluntad orientadas al desarrollo, para esto se requieren a los grupos sociales que generen estas ideas (los académicos), así como las instituciones por medio de las cuales estas ideas se difundan e instrumenten (la administración pública). También se refiere a sociedades que crecen económicamente y a otras que alcanzan el desarrollo, ya que concibe al crecimiento como una fase sin la cual no es posible arribar al desarrollo, confiriéndole un carácter de sustentabilidad y durabilidad al proceso.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) había centrado su concepción de desarrollo en criterios keynesianos, sustentados en la hipótesis de que al propiciar un escenario de acumulación del capital se podrá transitar hacia el crecimiento y posteriormente al desarrollo. Esta visión retoma lo ocurrido en la revolución industrial en donde Inglaterra aseguró su presencia económica internacional basado en un sostenido crecimiento de su industria, pero este modelo no puede ser reproducido en las realidades latinoamericanas, asiáticas y africanas y en general cualquier país económicamente no consolidado, ya que estos países presentan problemas de mayor complejidad así como circunstancias históricas diferentes: los beneficios de la revolución industrial se presentaron en una sociedad colonizadora como la inglesa que contrasta con la colonización que sufrieron los países latinoamericanos, hecho que ha permitido a Inglaterra dar continuidad a su proyecto de nación; para los países latinoamericanos lo que se presenta es un atraso sistémico en todos los ordenes: económico, político, social, tecnológico y científico, por lo que al buscar las raíces del subdesarrollo hay que remontarse hacia la historia de la colonia y por lo tanto, el diseñó de la planificación del desarrollo será diferente entre países desarrollados respecto a los que no lo son.
Celso Furtado (1964) afirma que:
El subdesarrollo debe entenderse como un problema que se plantea en términos de estructura social. El hecho de que sus aspectos económicos sean los más estudiados y conocidos constituyen simplemente la confirmación de la tesis general de que los factores económicos desempeñan casi siempre un papel predominante en el proceso de desarrollo social.
En el mismo trabajo señalaba que:
Sería totalmente erróneo esperar que los economistas, con los instrumentos de análisis propios de su disciplina, pudiesen agotar este campo de investigación, en el cual se plantean aspectos importantes que deben ser abordados desde el punto de vista de la sociología y de la ciencia política.
La conceptualización y planificación del desarrollo debe considerar el entorno en que se realiza, ya que las sociedades son dinámicas y son afectadas y modificadas por el hacer como por el no hacer de sus pobladores, de tal manera que el concepto y valor necesidad no es estático, es decir, un país desarrollado no tiene las mismas necesidades que uno en desarrollo, pero tampoco los países latinoamericanos tienen las mismas expectativas respecto a los africanos, por lo tanto la planificación del desarrollo implica identificar necesidades sociales especificas de un país y considerar a los sujetos sociales encargados de las tareas de desarrollo, así como la infraestructura institucional encargada del diseño e instrumentación de los programas.
El concepto de desarrollo ha venido cambiando a lo largo de la historia y del pensamiento científico–social y seguramente esta concepción se transformará dada la dinámica en que se generan las necesidades: las sociedades futuras tendrán diferentes aspiraciones y carencias que las actuales, y dispondrán de otros mecanismos para hacerles frente, los cambios por venir deberán ser analizados en el contexto de la realidad histórica en donde surgirán.
El centrar la visión del desarrollo solamente en aspectos económicos y financieros conlleva un reduccionismo teórico y por lo tanto, sesga la perspectiva y la información que los planificadores requieren para definir las políticas públicas y el diseño institucional adecuados. Si bien el abordar el problema del desarrollo conlleva un amplio sustento económico y de ninguna manera es posible no considerar la importancia de la economía en este proceso, se corre el riesgo de no incluir aspectos sociales, políticos e incluso culturales del contexto en que este se genera y centrar la resolución del problema en visiones economicistas, de esta manera, es necesario avanzar en la consolidación de una postura que considere desde sus principios teóricos, al desarrollo como un proceso integral y a su vez integrativo.
Crisis del Modelo Liberal de Crecimiento Cuantitativo
El modelo de crecimiento económico instrumentado hasta finales de la década de los sesentas, basado en el desarrollo irracional de industrias y tecnologías contaminantes, enfocadas únicamente a la acumulación de capital sin importar los costos sociales y ambientales, provocó que los países industrializados agotaran sus recursos naturales y se presentara una pérdida acelerada de la capacidad del medio ambiente natural para soportar el desarrollo económico. Como alternativa, estos países exportaron sus industrias y utilizaron a los países en desarrollo como proveedores de materias primas, es decir, se sumo al deterioro ambiental existente en los países avanzados, la violencia ambiental dirigida hacia nuestros países, todo el planeta se incorporó a un proceso de catástrofe ambiental.
Los cuestionamientos a estas estrategias de desarrollo, sumadas a la negligencia social generada como la polarización del ingreso, la pobreza extrema, la poca estabilidad económica entre otros aspectos, ocasionó que se estructurarán alternativas viables y consistentes de desarrollo, que tuvieran presentes los aspectos ecológicos. Ante los riesgos evidentes del aumento de la pobreza y la amenaza ecológica mundial, se orientaron esfuerzos para diseñar un nuevo contrato social, basado en el consenso internacional, el modelo desarrollo integral ya referido.
El Desarrollo Sostenible
Por sus implicaciones teóricas, la expresión desarrollo sostenible es un concepto que está en constante transformación, ajuste y en una revisión constante de su definición, permitiendo que su conceptualización se amplíe y mejore permanentemente. De acuerdo con la definición clásica elaborada por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en 1987, el desarrollo es sostenible cuando "satisface las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades", de esta manera se entiende que esta justicia entre generaciones no es posible si no existe justicia social actual, y por lo tanto, no es posible si las actividades económicas de algunos grupos continúan propiciando riesgos y peligros del bienestar de otros o de la población de otros lugares del mundo.
En términos de justicia social, entendida como la igualdad de oportunidades para alcanzar el bienestar para la generación presente y para las generaciones futuras, se pueden observar al menos tres aspectos en su definición: los económicos, los sociales y los ambientales. De esta manera, solo será duradero el desarrollo que logre equilibrar estos tres grupos de objetivos, y por otra parte, el desconocimiento de alguno de esos aspectos puede poner en peligro el crecimiento económico y el proceso de desarrollo en su conjunto.
El elemento que posibilita la interacción entre estos tres elementos es la gestión pública como ente normativo de la conducción social de un país, siendo fundamental el trabajo de las instituciones encargadas de instrumentar las políticas públicas de cada uno de estos aspectos y de proponer nuevos modelos de producción y consumo que sean viables para todos; ahora y en el futuro.
De esta manera los objetivos del desarrollo sustentable son:
 Satisfacer las necesidades humanas básicas. Enfocado en lo alimentario para evitar el hambre y la desnutrición, para garantizar la continuidad de la humanidad.
 Lograr un crecimiento económico constante. Lo cual se considera una condición necesaria, pero no suficiente. Lo deseable es que el crecimiento económico sea igual o superior al demográfico, con lo cual se puede mejorar la capacidad productiva, el potencial de recursos humanos y tecnológicos.
 Mejorar la calidad del crecimiento económico. Especialmente las posibilidades de tener un acceso y uso equitativo a los recursos naturales y al beneficio del crecimiento, en términos de mejor distribución de la renta, beneficios sociales y protección del ambiente.
 Atender los aspectos demográficos. Reducir las altas tasas de crecimiento poblacional hacia estándares que permitan aumentar la disponibilidad de recursos, su mejor aprovechamiento y evitar la concentración poblacional.
 Seleccionar opciones tecnológicas adecuadas. Como parte de los problemas que crea la transferencia tecnológica, básica para el desarrollo sustentable de los países en desarrollo, pero que tiene impactos adversos en el ambiente. Esto deberá estimular la investigación y la capacidad técnica para lograr tecnologías sustitutivas, mejorar procesos tradicionales, culturales y adaptar las importadas.
 Aprovechar, conservar y restaurar los recursos naturales. Para ello se deben evitar la degradación de los recursos, proteger la capacidad límite de la naturaleza, favorecer la restauración y evitar los efectos adversos sobre la calidad del aire, agua y tierra, con el fin de perpetuar la oferta ambiental de los ecosistemas.
Desarrollo Integral
Una agenda multisectorial y trascendente del desarrollo al estar sustentada en una visión integral, parte de la premisa de universalizar no solo los derechos civiles y políticos sino también los derechos económicos, sociales y culturales de los individuos, sobre la base del concepto de que los seres humanos tienen, como tales, los mismos derechos, independientemente de su sexo, color de piel, lengua, la cultura a que pertenezcan y su poder económico y social; por lo tanto, cualquier esfuerzo encaminado a conseguir un desarrollo integral sostenible exige una acción coordinada para reducir la pobreza y encontrar soluciones a los problemas del hambre, la malnutrición y las enfermedades, bajo un concepto de sustentabilidad y respeto al medio ambiente.
El proceso de desarrollo puede sostenerse de la acumulación y de la calidad del capital humano y social que una sociedad pueda generar, postura que surge del agotamiento de las visiones de desarrollo centradas en factores exclusivamente económicos y de la concepción que explica al desarrollo como un efecto de la acumulación del capital físico y monetario, es decir la capitalización de un país.
De esta manera es necesaria la planificación del uso de los recursos escasos para tener un alcance que fortalezca la educación, salud y trabajo que son los componentes que determinan la formación de capital social y humano, teniendo por finalidad elevar la productividad, la cual es el motor del crecimiento económico y acelera el desarrollo de las naciones. El aporte de esta inversión usualmente proviene de las familias, los individuos y de la sociedad. Esta última contribuye con impuestos que son revertidos a la sociedad por canales y programas públicos que dependen de órganos de decisión del Estado y de manera directa a través de decisiones autónomas de las entidades privadas.
La Eeconomia en crecimiento
El papel e importancia de la educación ha sido tratado por varios análisis de economistas. Durante los años sesenta, principalmente el trabajo de Gary Becker, Premio Nobel en 1992, establece el tratamiento sistemático del problema presentado la idea de capital humano, que propone básicamente que los individuos acumulan durante su vida un cierto nivel de capital humano que consiste en los conocimientos que han adquirido, sus experiencias y habilidades. Los individuos consiguen este capital humano procesando sus experiencias cotidianas como resultado de su trabajo y, especialmente, con la ayuda de mecanismos y sistemas formales de educación.
Este cúmulo de capital humano tiene dos consecuencias importantes: 1) es determinante de la productividad de los trabajadores, ya que se presupone que existe una relación directa entre capital humano y productividad, por las habilidades que este ha adquirido y hacen que tengan una ventaja competitiva respecto a otros trabajadores; 2) desde una perspectiva agregada, es decir desde un punto de vista macroeconómico, es posible ver que la cantidad de bienes y servicios que una economía puede producir depende, entre otras cosas, del capital humano que esa misma economía haya logrado acumular, es decir, la suma de la capacidades productivas de los trabajadores determina los niveles del producto nacional, ya que el factor del trabajo es evidentemente determinante como un factor de producción.
Con base en estos argumentos ha sido posible explicar la interacción entre dos tendencias estadísticas que se desarrollan en paralelo: la existencia de una correlación positiva entre salarios y nivel educativo, ya que en promedio, personas con un mayor nivel educativo también tienen un mayor salario. Esto puede observarse como un resultado constante en prácticamente todas las economías del mundo, pero debe considerarse como un promedio para toda la población y por lo tanto no es necesariamente válido para cualquier persona, y ejemplificar esta inconsistencia, puede tomarse el caso de los profesores y educadores que son un claro contra-ejemplo de individuos cuyo nivel educativo no corresponde con su nivel de ingresos.
La otra correlación detectada son las relaciones entre el nivel educativo y el desarrollo económico. Se observa que existe una relación positiva entre nivel educativo y crecimiento económico y riqueza: los países ricos tienen también un alto nivel educativo de su población, de esto es posible proponer que los países no tienen un alto nivel educativo porque son ricos, más bien es posible suponer que estos países son ricos porque tienen altos niveles educativos.
Al relacionar estos resultados con las teorías del crecimiento económico –y también elementos sociales como la igualdad y la justicia– es posible concluir lo siguiente: el crecimiento y el bienestar individual y social son posibles alcanzando un considerable nivel educativo de la población. De esta manera es posible valorar a la educación como una inversión, que tiene impactos directos en el crecimiento y bienestar social, lo cual es importante para el análisis económico y por lo tanto los gastos de gobierno en educación no deberían contabilizarse como gastos corrientes, sino como de inversión, similares a los gastos en construcción de caminos, puentes, aeropuertos y otros de infraestructura física de largo plazo.
El proceso de cambio para salir de la pobreza vía el impulso a la educación no se limita a la inversión para el mejoramiento de la calidad de la enseñanza y la instrumentación de algunas políticas de desarrollo educativo. También es necesario renovar la visión de los dirigentes del sistema educativo nacional, con el establecimiento de eficaces sistemas de administración y gestión, y con una creciente participación de la sociedad civil.
Para concluir,  la forma en que la educación institucionalizada participa en la determinación de una dinámica integral del desarrollo socioeconómico, parte de la generación de los recursos e insumos que este proceso requiere, específicamente a través de la formación de capital humano y social, lo cual genera competitividad, mejor productividad, una suma integrada de beneficios sociales y públicos, mejor convivencia social, mayor y eficiente participación ciudadana en el diseño de políticas públicas y por lo tanto gobernabilidad.